Siempre me ha gustado la palabra “sensualidad”, es redonda, nunca me defrauda, ni en prosa ni en verso…
Creo que utilizarla es deliberadamente estético y consigue hacer vibrar las narrativas que buscan ir más allá del dogma erótico.
Es fascinante el poder de algunas palabras, capaces de depurar, de hacernos agitar y estremecer.
Vivo intensamente los momentos en los que mi alma no cesa de devorar palabras que todavía tienen mucho que decir.