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Los hoteles están ahí. Para ti, en tu ciudad, y las que no son tu ciudad, te alojes en ellos o no. Con su hall o vestíbulo, también conocido como lobby, ese espacio concebido como la mejor muestra de lo que está por venir. Pero también de lo que ha venido. Como ese gin tonic de Fifty Pounds en copa de balón con Fever Tree y un toque de limón y bayas de enebro enteras, el mejor vehículo posible del aquí y ahora.

Los halls de los hoteles te esperan. Te seducen. Tienen identidad propia en su personalidad híbrida: ni bar, ni pub, ni restaurante. ¿Y su clientela? Algunos son huéspedes, otros no; unos vienen de lejos, otros en taxi. El discreto juego de miradas y pestañas revelará detalles sobre la procedencia, sobre las intenciones. El vestíbulo como puerta de entrada a lo posible.

 

Te damos algunas ideas 

En Madrid hay buenas muestras:

Dry Martini, de Javier de las Muelas, en el Hotel Fénix 

dry martini hall
Fuente: drymartiniorg.com

 

En el Gran Meliá Madrid. Inmejorable ubicación, a dos pasos de la plaza Colón, y en el lugar que eligieron los Beatles para alojarse en su mítica visita a España. Dry Martini ofrece alta coctelería y distintas delicias para picar, pero sobre todo un espacio para soñar, con su pintoresco samovar y la imponente cúpula del Fénix, el ave que siempre renace tras pasar por el fuego.

 

El Patio, el lobby lounge del Four Seasons

el patio four seasons madrid
Fuente: fourseasons.com

El concepto del lujo con todo su equilibrio, tanto como para olvidar ese lujo, del modo envolvente sin que nada chirríe, clásico en su sentido más grecolatino. No querrás salir de esa burbuja a tiro de piedra de la Puerta del Sol.

 

Vestíbulo del ‘nuevo’ Ritz

hall nuevo ritz mandarin oriental
Fuente: mandarinoriental.es

Donde brilla luz propia (gracias también a su bóveda acristalada) una cita nada desdeñable: el afternoon tea. En pleno centro de Madrid hay un refugio donde el tiempo parece detenido. Es la tarde, las cinco de la tarde, pero nada importa, solo el té, los scones, los macarons y ese momento de exquisita felicidad.

 

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